jueves, 5 de octubre de 2017

LA VENDIMIA

       Estos días estamos hablando de la dura tarea de la vendimia y hoy en clase hemos leído el siguiente poema sobre la vendimia espero que os guste:

LA VENDIMIA
Ya se acerca la vendimia, ya nos adentramos en septiembre, el verano se está acabando aunque el sol aun pegue fuerte, aunque aun deambulen bañistas y las calles se inunden de gente.
Las uvas ya están maduras, a punto de ser cortadas con fríos filos de navajas, serán recogidas por manos sudorosas,  pegajosas por el jugo de la fruta acristalada.
En los comercios de mi pueblo, en los puestecillos de la plaza, los mozos compran sus navajas, el canastillo de esparto, el sombrerito de palma, para tener todo a punto para mañana.
Al día siguiente, con el alba, en los albores de la mañana, el pueblo entero despierta para iniciar la jornada, mujeres que compran el pan caliente y jornaleros que pasan, hombres que van al viñedo al despuntar la mañana.
Largas hileras de cepas esperan, verdosas, estáticas, racimadas, con las hojas húmedas por el rocío, a punto de ser vendimiadas.
Al llegar el medio día, el sol castiga los campos, y a los que trabajan la tierra les apuñala con sus rayos, haciendo más duro el trabajo.

Por la tarde cuando el sol está más bajo, cuando la brisa zamarrea las parras, el jornalero cansado, sucio y abatido, aunque satisfecho, regresa a casa.
Al atardecer, cuando la noche abraza las casas, los viejos se sientan en las puertas a afilar sus navajas, pues bien ya saben que en pocas horas, hay que iniciar otra jornada.


José Manuel Monge